jueves, 21 de agosto de 2008

LA PRAXIS COMO CATEGORÍA FUNDAMENTAL DE LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO.

La mayoría de los teóricos del conocimiento en la filosofía premarxista se movía entre dos posiciones gnoseológicas fundamentales: un realismo acrítico, que postula un objeto “en si” y se pregunta como puede el sujeto llegar a un conocimiento adecuado del objeto, y un criticismo no - realista, que parte del sujeto como algo indudablemente dado e indaga las vías y formas mediante las cuales se construya o bien se llega al conocimiento de este.
La característica común de ambos puntos de vista gnoseológicos contrapuestos es que los dos parten de una abstracción demasiado pobre para construir a partir de ella una teoría acabada y exhaustiva del conocimiento.
La novedad esencial de la filosofía marxista consistía en no tomar como punto de partida ni el objeto abstracto ni el sujeto abstracto, sino la actividad practica social de los individuos concretos e históricamente dados. Esté nuevo planteó esta formulado sintéticamente en la primera tesis sobre Feuerbach.
Marx se interesa por los individuos, no “como ellos puedan aparecer a la representación propia o ajena, sino como realmente son, esto es, tal y como actúa y como produce materialmente y, por tanto, tal y como desarrollan sus actividades bajo determinados limites, premisas y condiciones materiales, independientes de su voluntad”.
Este concepto de “praxis” puede definirse mediante la siguiente expresión del lenguaje común: actividad social concientemente dirigida a un fin.
Actividad es un concepto más amplio, puesto que también los animales, las maquinas y objetos inorgánicos son capaces de actividad. Una actividad social conscientemente dirigida a un objetivo, en cambio, es característica de los hombres; es lo que llamamos “praxis”.
“La actividad social y el espíritu social de ningún modo existen solo bajo la forma de una actividad común directa y de un directo espíritu común (…). Ya en cuanto actúe científicamente, etc. (…) lo hago socialmente, porque actúo como hombre. No solo me es dado el material de mi actividad como producto social – pues sobre el pensador actúa incluso el lenguaje- sino que ya mi propia existencia es actividad social; de ahí que lo que haga por mi, lo hago por mi respecto de la sociedad, y con la conciencia que tengo de ser un ser social”.
Un enunciado será verdadero, según la definición, si las operaciones prácticas intersubjetivas que él implica producen realmente los resultados previstos. La aplicación de tal definición permite distinguir con precisión los conocimientos objetivamente verdaderos de los falsos, así como de los absurdos y de las abstracciones vacías.
No se puede llegar a la comprensión de los objetos materiales si se parte de las funciones apriorísticas del entendimiento y de los conceptos como entes puramente mentales, independientes de la experiencia y del mundo exterior.
El concepto de objeto está por su contenido comprendido en el concepto de praxis: como la actividad se ejercita sobre algo, acaba siempre con la modificación de algo.

Marx es terminante en lo siguiente:
“La naturaleza, tomada abstractamente por sí, en la división fijada por el hombre, es para este nada”.
“La naturaleza en que vive el hombre está <>, es una naturaleza transformada por el trabajo humano. Toda la naturaleza es <> del hombre, pues ella es ¡) su medio directo de existencia, y 2) material, objeto e instrumento de su actividad vital.
“Toda la llamada historial universal no (es) otra cosa que la producción del hombre por el trabajo humano, el llegar a ser de la naturaleza para el hombre. Solo <>.
El concepto de praxis implica también necesariamente otro concepto clave de la gnoseología: el de sujeto. Una actividad consciente, dirigida a un objetivo, supone un ser consciente de sí mismo, de la materia y el medio de su actividad, y del fin que desea alcanzar.
El individuo, dice Marx, <>.
Marx dice que en la medida en que se transforma el mundo exterior, humanizando la naturaleza y creando diversas formas de vida social, el hombre se transforma también a sí mismo.
“Los sentidos solo llegan a ser capaces de goces humanos cuando se afirman como capacidades de la esencia humana”.
El análisis sumario de las categorías de la praxis, objeto y sujeto permite al menos vislumbrar cuán ricas en determinaciones y cuán extraordinariamente grandes son las posibilidades para una teoría del conocimiento verdaderamente original si se acepta el punto de partida que Marx ha señalado.

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